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The Story

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En los años de 1920, debido a la Ley Seca en los Estados Unidos, surgió la producción y consumo de licores y vinos clandestinos en los diversos rincones del país.  Adolfo, aún sin haber nacido en esa época, pudo experimentar el contrabando y los bares clandestinos.

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Él y su familia se mudaron a la ciudad de Jeddah, en Arabia Saudita en los años 80; una ciudad famosa por su cultura, buceo en el Mar Rojo y mercados llenos de oro interminable.  Esta ciudad también albergaba comunidades de expatriados, quienes eran empleados contratados por la Aerolínea de Saudí Arabia, compañías de petróleo y contratistas de defensa. Si bien, los expatriados gozaban de libertades adicionales dentro de sus recintos cerrados, el alcohol estaba estrictamente prohibido para todos en el Reino.

Esto no fue un problema para el padre de Adolfo, el vino era una necesidad durante la cena, y lo prepararía el mismo con la ayuda de su hijo. Los ingredientes eran jugo de uva griega, que coincidentemente venía empacado en botellas de vidrio con tapadera abatible. Ellos vaciaban las botellas en garrafones de plástico en una de sus bañeras, le agregaban azúcar y levadura, y lo dejaban fermentar.

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Más tarde, Adolfo y su Papa, embotellaban el vino en las mismas botellas de vidrio con tapaderas abatibles.  Adolfo indica que no se hace ningún reclamo por la calidad del vino producido, pero sí puede decir que este vino era un elemento básico en las fiestas de los expatriados en sus recintos.

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En 1997, Adolfo y su familia regresaron a California.  Él se graduó de Cal Poly, San

Luis Obispo en Biología Molecular y comenzó su carrera como químico en producción de pesticidas orgánicos.  Después de varios años en este campo, hizo el cambio a la producción del vino. Clos du Bois en Geyserville, le dio a Adolfo el inicio en la industria del vino como Supervisor de Laboratorio antes de la vendimia del año 2006.

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De allí, Adolfo trabajó cuatro años en Araujo (ahora conocido como Eisele Vineyard), con otras paradas profesionales como Checkerboard Vineyard en Diamond Mountain con Martha McClellan, Pahlmeyer en St. Helena, y finalmente terminando en la conocida casa del Pinot Noir en el Russian River “Benovia.” Al mismo tiempo, Adolfo ha tenido y continúa teniendo experiencias formidables viajando a diferentes regiones del mundo, en donde ha podido degustar varios y únicos vinos de esos lugares.

Winemaker Adolfo Hernandez

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